viernes, 25 de septiembre de 2015

Literatura

¡Hola, chicos!

Les dejo los fragmentos con consideraciones críticas sobre La vida es sueño. Recuerden que deben elegir uno y tomarlo como hipótesis para la construcción de un texto argumentativo; por lo tanto deberán continuar el texto fundamentando todas las afirmaciones que el autor elegido haya realizado sobre la obra.
Pueden resolver la consigna en forma manuscrita o tipeada, como gusten.
Como acordamos, el trabajo es para el martes 29/09.

Cariños,
Prof. Nazarena


De Ángel Valbuena Prat
La vida es sueño, al lado de su importancia como poesía y como drama, ocupa un lugar destacado entre las grandes intuiciones del pensamiento filosófico.

De Miguel de Unamuno
Si otros de nuestros dramaturgos le aventajaron en sendas cualidades, él es quien mejor encarna el espíritu local y transitorio de la España castellana castiza y de su eco prolongado por los siglos posteriores; más bien que la humanidad eterna de su casta, es un “símbolo de su raza”.

De Azorín
…esta obra de Calderón no pasa de ser un embrión de obra maestra; su pensamiento encierra un hondo simbolismo; hay en toda esa concepción grandeza e idealidad. Pero vemos, después de la primera lectura, sin necesidad de un detenido examen, que La vida es sueño no pasa de ser un boceto del drama, del rudimento, soberbio, sí, mas al cabo, un rudimento.

De M. de Montoliu
En ningún teatro de los pueblos modernos existe una obra que contenga una visión tan profunda de la vida humana como la que desarrolla este célebre drama. Lástima que la ejecución de su idea matriz adolezca de ciertos defectos esenciales de amaneramiento y convencionalismo, que atenúan la impresión de grandiosidad que produce el magnífico simbolismo de la acción dramática.

De I. S. Turguénev
Después de la última carta que le escribí a Ud., he leído otro drama de Calderón, La vida es sueño. Es una de las concepciones dramáticas más grandiosas que conozco. Reina allí una energía salvaje, un desdén sombrío y profundo de la vida, una gallardía de sorprendentes pensamientos, junto al fanatismo católico más inflexible. El Segismundo de Calderón (el personaje principal) es el Hamlet español, con toda la diferencia que hay entre el Sur y el Norte. Hamlet es más reflexivo, más sutil, más filosófico; el carácter de Segismundo es más simple, desnudo y penetrante como una espada; el uno se inhibe a fuerza de irresolución, de duda, de reflexión; el otro actúa –pues su sangre meridional lo empuja a la acción- pero aun actuando sabe muy bien que la vida no es más que un sueño.

De Ludwig Pfandl
El drama de ideas toca también el problema de la existencia humana, y se esfuerza en penetrar en el fondo del enigma del alma y el secreto de la unión entre esta vida y la otra. Ejemplo tan famoso como característico de ello lo constituye La vida es sueño, de Calderón. Esta vida de sueño, en cuanto la despojamos del ropaje teatral, vive de la idea de que todo lo terreno no es más que vano engaño y pasajero oropel, y que el hombre, en cambio, no está sometido y encadenado a esta miseria del mundo, como si fuera ciego y desamparado juguete de un poder más alto, o una mecánica insignificancia. La fuerza espiritual del hombre, la voluntad, la más poderosa de las tres potencias del alma, es robusta y libre. Si se orienta hacia el bien, la pureza y la nobleza, no sólo puede modificar las supuestas decisiones adversas de los astros, sino también cambiar la bondad, pureza y nobleza nuestra innata tendencia al mal, y borra misericordiosamente la culpa original que anida en la misma naturaleza humana…

De M. Casella
Drama de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), compuesto y escrito entre 1631 y 1635; publicado en la primera parte de su teatro (Madrid 1636) y al mismo tiempo en Zaragoza, en la PARTE TREINTA DE COMEDIAS DE VARIOS AUTORES. La gran concepción poética que Calderón nos ha transmitido es la que informa toda su producción dramática: la vida humana es un sueño del cual despertaremos más allá del tiempo. Todas las cosas del mundo son ilusorias; no tienen en sí ningún valor, sino el que les confiere la vida de nuestros sentidos y de nuestras pasiones inmediatas, y será también una ilusión el mundo de las ideas, cuando su necesidad sea deducida exclusivamente de la percepción sensible. La necesidad de la idea debe ser deducida en nuestra misma razón que nos convence de ella; una necesidad espiritual creada por nosotros y libremente querida; y por eso había de ser tal que más allá del móvil infundido por las cosas que nos hace hallar lo permanente y lo eterno. Sólo entonces somos artistas de nuestra vida íntima y creadores de nuestra verdadera libertad, por encima y fuera de todas las influencias cósmicas o astrales que cruzan por el universo de los cuerpos. En las raíces del drama de Calderón está la loca ciencia de Basilio, imaginario rey de Polonia. Experto en astrología, ha deducido de ciertos horóscopos que tendría un hijo pérfido y malvado, y que le derribaría el trono, hundiendo al país en la anarquía. Para evitar tanta desgracia, el rey mandó encerrar secretamente a su propio hijo Segismundo en cuanto nació; y nació ya causando la muerte a su madre, como los astros lo habían predicho. Lo encerró en un castillo perdido entre montes salvajes, confiándolo a la custodia de su fiel Clotaldo. La acción del drama se desenvuelve rectilínea y estriba toda, según el gusto de la época barroca, en el paralelismo de dos coordenadas psicológicas que se iluminan entre sí en fuertes claroscuros y contraposiciones violentas, con una profundización de sus particulares motivos: las vicisitudes de Segismundo, que lo conducirán a la conquista de su propia libertad, y las de Rosaura, una joven que, disfrazada de hombre, va siguiendo el rastro del hombre que la ha seducido y abandonado. Las dos acciones avanzan autónomas, pero una con otra se entrelazan, se anudan, se separan, y lo que las corona, culminando la conclusión del drama, es la obra de la justicia que Segismundo cumple con rectitud de ánimo, dando a cada cual lo suyo, sin perjudicar en nada la personalidad de nadie. Arte constructivo de Calderón, que encierra dentro de sí el símbolo concreto, el sentimiento de la vida que el poeta vive y conoce como áspera conquista de libertad en la medida misma que la vida de la razón consigue dominar en nosotros la de los sentidos y de las pasiones.

De Alonso Zamora
La vida es sueño llena con su brillo este apartado (el de las comedias filosóficas). Se trata de la creación más lograda de Calderón. En realidad, La vida es sueño no es más que la plasmación barroca de una clara convicción: la de la fugacidad de todo terreno. No queda en la filosofía de la comedia más que el recuerdo, ni siquiera la añoranza de las cosas reales. Todo es humo, nada, vana ilusión de lo aprehensible. Las fuentes de la comedia se han desmenuzado por la crítica: se encuentra desde la leyenda de Buda y un cuento de Las mil y una noches, hasta los sermones corrientes en su tiempo, pasando por los trágicos griegos. El contenido auténtico de la comedia fue puesto en claro por el mismo Calderón en el auto sacramental de igual título.